Días nefastos
Hoy es uno de esos días en que la angustia y el dolor punzan el alma, la impotencia se adueña de la mente y el corazón y el espíritu quedan atenazados por la tristeza.
Un día negro en el que ves en el rostro de un ser querido el dolor y sientes como se rompe algo dentro de ti, el corazón se encoge hasta límites insospechados, sobre todo sabiendo que la agonía se prolongará y que no puedes hacer nada, que el destino ya ha repartido sus cartas y te ha tocado la peor mano, es una partida de la que no puedes huir, de la que no puedes retirarte dejando los naipes sobre el tapete, perdida de antemano. Sólo puedes jugarla pidiendo que acabe pronto, que esa persona no sufra mientras se juega.
Y si a esto le añadimos también que te estropean cosas materiales sin que puedas exigir una responsabilidad o una reparación, que no puedes hacer nada, que sabes que volverá a pasar, que va a seguir siendo el pan nuestro de cada día, que la causa de esos desvelos saldrá tan campante después de sus fechorías, que su impunidad está totalmente demostrada, es frustrante, te llena de ira, de sentimientos que llegan a nublar el entendimiento, la impotencia recorre tu cuerpo como Pedro por su casa. Menos mal que estos días suelen ser uno o dos a lo largo del año, el resto son días llenos de luz o días en los que sólo hay nostalgia melancolía y tristeza, días en los que el estado de la mente es más dulce, se puede pensar con una claridad meridiana que da ese momento, la pluma puede volar sobre el papel y la imaginación y la creatividad te desbordan.
Un día negro en el que ves en el rostro de un ser querido el dolor y sientes como se rompe algo dentro de ti, el corazón se encoge hasta límites insospechados, sobre todo sabiendo que la agonía se prolongará y que no puedes hacer nada, que el destino ya ha repartido sus cartas y te ha tocado la peor mano, es una partida de la que no puedes huir, de la que no puedes retirarte dejando los naipes sobre el tapete, perdida de antemano. Sólo puedes jugarla pidiendo que acabe pronto, que esa persona no sufra mientras se juega.
Y si a esto le añadimos también que te estropean cosas materiales sin que puedas exigir una responsabilidad o una reparación, que no puedes hacer nada, que sabes que volverá a pasar, que va a seguir siendo el pan nuestro de cada día, que la causa de esos desvelos saldrá tan campante después de sus fechorías, que su impunidad está totalmente demostrada, es frustrante, te llena de ira, de sentimientos que llegan a nublar el entendimiento, la impotencia recorre tu cuerpo como Pedro por su casa. Menos mal que estos días suelen ser uno o dos a lo largo del año, el resto son días llenos de luz o días en los que sólo hay nostalgia melancolía y tristeza, días en los que el estado de la mente es más dulce, se puede pensar con una claridad meridiana que da ese momento, la pluma puede volar sobre el papel y la imaginación y la creatividad te desbordan.
2 Comments:
Te mando una melodía... si te gusta, imagínala, a ver si te alegra ;)
Todo pasa... y sí, estos días son los menos, por suerte... y nos tocó a la vez.
Un beso!
Si es una melodía tarareada por tu voz seguro que me encanta, sea la que sea.
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